Correspondiente al miércoles 1 de septiembre de 2010
Bueno, pocos no: 1.322, según Google Maps. Hablamos de kilómetros, de los que me he metido hoy entre pecho y espalda.
Ayer me fui a dormir en Bayeux (Normandía, Francia) con la idea de hacer la mitad del camino hasta casa, durmiendo probablemente en el entorno de Burdeos. Pero resulta que, sin madrugones ni prisas, a las 3 de la tarde ya había llegado a ese punto, así que me he dicho lo que reza el título de esta entrada. Y con las mismas, hasta casa.
Hay que agradecérselo, principalmente, a unas buenas autopistas desde un punto al otro, poco tráfico, salvo de Burdeos a Bayona, y a mis sufridas lumbares (ya no sabía qué postura adoptar, manteniendo aún la vista en la carretera y los pies en los pedales, bastantes recomendables ambas condiciones para una conducción segura).
En definitiva, tras 20 días, 6.498 kilómetros (sin contar ferrys) y 3.360 fotografías (contando una mayoría de ellas que irán directamente a la papelera de reciclaje) desde mi salida de Villanueva de Colombres el 12 de agosto, el viaje ha terminado.
En los próximos días espero completar algunas cosas que faltan en este blog. De todas formas, incluso sin esos pendientes, creo que leyendo cualquiera de las entradas, de cualquier fecha, se puede apreciar lo alucinante que es el viaje, o por lo menos el entusiasmo con el que yo lo he vivido. He encontrado una lista inabarcable de increíbles sorpresas, en cada uno de los días: empezando por la gente, los lugares, la infinita fortuna que me ha acompañado. Cada día era una caja de sorpresas (o de bombones, como decía la madre de Forrest, Forrest Gump). Y vosotros. Muchas gracias por haberme seguido durante este trayecto. Por vuestra culpa, no sé si realmente puedo decir que he hecho el viaje solo...
No obstante, ya os iré dando la lata personalmente, delante de unas cervezas, aunque aquí no sean pintas. Nos vemos...